Me encanta el TRX pero al igual que todas las relaciones en la vida puede aburrirnos, por eso hay que complementarlo con algo mas, así fue como comenzó mi pololeo paralelo con Crossfit.
Primero, amo los deportes en grupo, creo que te ayudan a superarte, motivarte a conocer gente nueva y sobre todo con la que tienes mucho en común.
Tengo resistencia, fuerza y concentración, pero la primera clase realmente sentí que no podría terminar (a no ser que fuera en una ambulancia) que sería imposible, pero el poder de la mente es heavy!, tu cuerpo puede decir no pero tu mente es la que manda, eso creo que fue lo que me hizo sentir la necesidad de realizar este deporte que tiene amantes como detractores.
Llevé a todas mis amigas de mi GYM a probar una clase, el resultado: Más enamoradas quedamos del Crossfit. Terminamos la gran mayoría por cambiarnos para disfrutar esta nueva disciplina que pone a prueba mis capacidades día a día.
La clase parte con un calentamiento previo, por lo general un trote a la manzana más una sesión de Abs para luego seguir con el WOD (Work of the Day). Consiste en realizar un programa de ejercicios (flexiones, tracción, etc), en un tiempo determinado y con un número definido de veces.
Cuando comienzas el entrenamiento no puedes parar, porque los timing están hechos justos para cada WOD, aquí es donde te desafías a ti mismo.
Y siempre terminamos la clase con estiramientos.