Cuando vi por primera vez un comercial en dónde se explicaba la dinámica de Wings For Life, pensé ¡Estos tipos están locos!. Ahora la «loca» resulté ser precisamente yo . Después de enterarme que la meta es la que te persigue me animé a participar.

Esta carrera es bien particular y totalmente distinta a las convencionales, en las que la  partida y la meta están en el mismo lugar. En Wings For Life, la meta es la que va a tu encuentro y no tú a ella. La dinámica es la siguiente: partes corriendo como en cualquier carrera, y durante los primeros 30 minutos estás corriendo sin nadie que te persiga (el auto meta), pasado ese tiempo comienza la verdad, ya que el llamado «auto meta», empieza a perseguirte, y a diferencia de las típicas competencias que terminan después de 10, 21 o 42k, este desafío finaliza cuando tu lo decidas, si es que corriste 10k y te detuviste la meta te pasará y habrá finalizado la carrera para ti. En cambio si continúas el auto no se detendrá hasta que tú no lo hagas.

Lo más lindo de esta carrera es que se realiza a la misma hora en todas partes del mundo, independiente de la zona horaria, todos estamos vibrando al mismo tiempo por esta maravillosa cruzada en la que todos los fondos que se entregan a través de las inscripciones, son donados a personas con lesiones en la médula espinal.  Esto es lo más lindo del deporte, que además de darte bienestar personal también te permite contribuir con otras personas que también lo necesitan.

Si al igual que yo te animas a este desafío, las inscripciones aún están abiertas. Acá puedes hacerlo 

 

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