Me costó años entender que no se trata de un cuerpo perfecto, ni mucho menos de verte mejor para los demás, sino que para tí misma. Para quererte y aceptarte tal cual eres, con todos los cambios que tu cuerpo arrastra contigo y con todas esas «heridas» que el pasado te dejó en señal de todo el aprendizaje que tuviste, por todas esas veces que caíste y te volviste a levantar.

Cuando hablan del cuerpo perfecto, o de las medidas 30,60 y 90, pienso que todo eso es algo que no ayuda a nadie. Cada cuerpo es distinto y toda mujer tiene necesidades diferentes. Y más que pensar en qué medida, o en qué ropa te va a quedar mejor, piensa en los miles de beneficios que una vida sana te trae. Por ejemplo:


1- Levantándote temprano para hacer deporte consigues tener mucha más energía diaria, como tu cuerpo ya está en «estado de alerta», te podrás mantener activa por mucho más tiempo y sin que los bostezos te ahoguen. Además alguna vez leí que la gente altamente efectiva se levanta antes de las 7:00 Am consigue mucho más porque tiene más horas el día para llegar a sus objetivos y porque trabaja siempre con la disciplina y la constancia.

2- Agrega más verduras a tu alimentación diaria. Todo alimento de origen natural no sólo ayudará a que tu cuerpo tenga más fibra (esto te ayuda para prolongar tu sensación de saciedad) sino que también evita la hinchazón abdominal. Siempre prefiere alimentos de origen natural, evita los procesados.

3- Te sientes mejor contigo misma, no sólo porque tus jeans universitarios o escolares te quedan mejor, sino también porque comienzas a quererte más a ti misma y aceptarte con todo lo que eres.

4- Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes. Esta última está muy presente en mi familia, y es por eso que siempre tengo cuidado, porque he visto como esta enfermedad que parece poder controlarse muy bien, puede llegar a tener graves consecuencias. Y el llevar una vida más sana te puede salvar de estas y otras enfermedades.

Como les digo, no se trata de tener el cuerpo de las actrices hollywoodenses y prácticamente ser esclavas de lo que comen o de lo que hacen por conseguir la perfección. Acá lo importante es entender al cuerpo como un amigo incondicional, como el único compañero de vida, ese que no te va abandonar y que tienes que cuidar tu misma, porque depende de tí generar cambios.

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