Antes de viajar a Nueva York ya seguía a muchos lugares donde se practicaban deportes o Yoga, y como ya es tercera vez acá no quise está vez solo shoppinear y quise disfrutar la ciudad desde el lado del fitness no con el gym del hotel.
Les escribe a los lugares que más me gustan para poder ir y mostrárselos, aunque ya estoy en mitad del viaje no se si alcance a mostrarles los otros, ya saben que con Alma se me complica la logística. Pero afortunadamente pude asistir a una clase que me tenía muy intrigada, ha que es completamente distinta a todas las de yoga que antes había tomado.
El lugar se llama Y7 Studio, un lugar donde se practia Yoga a 90°F (pero nada tiene que ver al Bikram) acá no recitas mantras de inicio ni hay gurujis, la ceo es una mujer de 28 años llamada Sarah Levey. «Y7 es una comunidad de Yoguis fuertes». El calor y el movimiento de las Vinyasa al ritmo de la música hacen una clase desafiante.
El studio es una habitación a oscuras en un studio cerrado y solo la luz de las velas ilumina tu práctica en esta oscuridad movida al ritmo de los Beats de los artistas más destacados del hip hop .
Es una clase de Vinyasa pero no hay profesor mostrando la clase como estamos acostumbrados, sino que solo la vervaliza, tu te enfocas en tu práctica, sin importar y sin poder ver qué hace el de al lado. Se realizan dos series completas de lo que ella va diciendo y luego comienza tu propio flow al ritmo de la música, comienzas a entrar rápidamente en calor hasta que llegas a un punto en que no logras ver de tanto sudor en tu cara.
La hora se pasa realmente rapido, terminas agotada realizas un savasana y pasa la profe moviendo una toalla por tu nariz con un aroma a eucalipto que te refresca por completo.
El lugar es maravilloso el color es negro, tienen una mini colección de ropa para la práctica y otros souvenirs, tienen filiales en todo New York en los barrios más cool y en LA.
Si estás pensando en viajar puedes agendar una clase sin pagar un plan mensual desde su propio web, y vivir por una experiencia de Yoga al más estilo New Yorker.
Para el recuerdo
