Primero quiero aclarar que como siempre les digo los milagros no existen. ¡Qué lindo sería soñar con un cuerpo perfecto!, tener un hada madrina y despertar con el que soñamos, pero desafortunadamente eso sólo ocurre en los cuentos. Para la vida real, está el esfuerzo y la perseverancia. Pero sí tenemos algunas ayuditas que sí podrían empujarnos en el camino: Los quemadores de grasa.
Los quemadores de grasa sirven para estimular el consumo calórico, es decir, para aumentar la termogénesis-capacidad del cuerpo para generar calor- para que se queme o metabolice mucho más rápido la grasa.
En el mercado existen varios tipos de quemadores, entre los que destacan:
LIPOTRÓPICOS:
Ayudan a descomponer las moléculas, de grasa del metabolismo, actuando como catalizadores, disminuyendo así el exceso de grasa acumulada en el hígado y en otros lugares del cuerpo.
TERMOGÉNICOS:
Este tipo de quemadores tienen una forma de actuar, que permite mantener el metabolismo acelerado, lo que implica directamente una quema calórica que se extiende durante todo el día. La acción termogénica -que es la que ejercen este tipo de quemadores- es transformar en energía las calorías que vienen desde la grasa corporal y la alimentación.
También hay algunos quemadores que tienen un alto índice de cafeína, y que en general se utilizan para ejercicios que requieren de mayor concentración y en los que también se sabe que habrá un mayor gasto energético, como por ejemplo una clase de baile o spinning.
Pero lo más importante que deben tener en claro, es que ninguno de estos quemadores servirá si es que no lo complementan con una dieta, por lo que recuerden siempre asesorarse por un especialista antes de tomar cualquier decisión, porque de esta manera podrán lograr utilizarlos de buena manera y así obtener los resultados que esperan.
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